Como a todos me regalaron mi primera cámara el día de mi comunión, desde entonces fui aficionada, la vida me llevó a otra profesión, pero nunca dejé de soñar , combinando mi afición con mi familia y mi trabajo. 


Empecé a formarme, compré  mi tercera cámara, material de estudio, llegaron mis primeras sesiones contratadas y  8 años después aposté por mi sueño, dejé mi trabajo, monté el estudio, vinieron dos cámaras más, objetivos, accesorios , etc. 


 Comprobé que no hay nada más satisfactorio que trabajar en tu sueño todos los días, seguir aprendiendo de cada persona que se pone delante de mi cámara.


Y lo mejor de todo esto es descubrir que este sueño no tiene límites. 


Muchas gracias a todos los que confiáis en mi trabajo,  por llenar mi corazón con vuestros momentos especiales.


OS INVITO A SOÑAR COMIGO